top of page
Buscar
José Carlos Rosario Sánchez

Un fantasma recorre el Perú...



El fantasma del socialismo. La última parte del proceso electoral del 2021 ha sido una bastante particular debido a la desigualdad que ha existido entre el poderío de las candidaturas pugnantes. La derecha –representada por Keiko Fujimori– ha tenido todo para ganar a la candidatura de la izquierda, la del profesor Pedro Castillo, puesto que los grandes medios de comunicación realizaron una avasalladora campaña de demolición en contra de la última, a la que acusaron de cercana al terrorismo, al senderismo y –obviamente– al espectro del comunismo internacional. Sin embargo, a pesar del prospecto deseado por las grandes corporaciones y los grupos de poder político, sucedió lo inesperado ya que el que resultó ganador de esta lid, que muy bien puede ser usada de símil a la de David y Goliat, fue el susodicho Castillo.


Durante toda la campaña hemos podido ver como ciertas dinámicas habidas en nuestro país se agudizaban a niveles ocurridos durante la época de la reforma agraria. El contraste entre la sierra rural y la costa urbana se ha acentuado tremendamente ya que mientras que la última se inclinó por Keiko Fujimori, la primera arrolladoramente se manifestó a favor de Castillo. Esto tiene explicación si se toma en cuenta el hecho de que el sistema extractivista ha producido innumerables abusos en las regiones sureñas, en donde el daño ambiental y la desigualdad han escalado a niveles insoportables para su población, quien se ha vuelto altamente receptiva a las promesas de cambio que Pedro Castillo enarbolaba.


El gobierno entrante, si quiere sobrevivir y sentar un precedente positivo para que la izquierda se consolide como una alternativa válida y eficiente no solamente en la sierra, sino en la costa y en la selva, tiene la obligación de resolver esta contradicción entre la periferia y los núcleos citadinos, donde el vasto sector empresarial informal se resiste a su necesaria y urgente integración en el mercado. El manejo de la pandemia del Covid-19 también se ve como una tarea urgente, en la cual el castillismo puede demostrar su valía si logra realizar una labor positiva y avanzar hacia la difícil reactivación económica para, eventualmente, encaminarse a la industrialización de nuestra nación.


A nivel organizativo, el partido Perú Libre tiene la obligación de demostrar que es capaz de fungir como vanguardia de los sectores progresistas mediante la realización de un Frente Popular que aglutine a todas las agrupaciones dispuestas a transformar las estructuras de dominación político-ideológicas e intelectuales que representa la derecha colonial en sí misma, la cual se está radicalizando cada vez más debido a su derrota. Tal cosa claramente no significa rendirse ante tendencias liberales que les hacen juego a los poderosos, significa encontrar un espacio en donde pueda converger toda la izquierda –inclusive algunas partes del centro y de la derecha progresista– para el avance del país. Ya no es tiempo de peleas intestinas, es hora de la unidad de lucha y acción.


El triunfo del profesor Pedro Castillo tiene una significación histórica tremenda: no solamente representa la primera vez que una propuesta de talante popular gana a través de medios democráticos el poder ejecutivo, puesto que la experiencia de Velasco Alvarado –a pesar de su espíritu cooperativista– se dio por medios golpistas, y la experiencia de Ollanta Humala sufrió un aborto debido a la claudicación que hizo este último señor a la derecha política y la corrupción de siempre; viene a ser una victoria del Perú provinciano por sobre el Perú metropolitano, la cual –si aun sí fracasa a largo plazo– dejará una profunda huella en la psique de los capitalinos que tenían el retrógrado pensamiento de que Lima era el país entero.


En los momentos presentes, estamos viviendo los prolegómenos de la agonía del neoliberalismo en el Perú, y yacemos –tal vez, sin pecar de ingenuidad alguna ya que todo esta en el terreno de lo contingente– ante las puertas de la construcción del socialismo peruano que predijo el Amauta Mariátegui, el cual no será calco ni copia, sino creación heroica del pueblo.


Fuente: ROSARIO SÁNCHEZ, José Carlos. «Columna de Opinión No. 10 del 30.06.2021». Diario La Verdad. Lima, Perú.

106 visualizaciones0 comentarios

Comments


bottom of page