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Foto del escritorIsrael Lira

Presentación de Fundamentos del Crisolismo, filosofía política para un nuevo Estado-Nación Peruano

Actualizado: 29 may



Transcripción de la intervención de Israel René Lira en el evento llevado a cabo el día Sábado 26 de mayo en Terraza Cultural de Ciudad Librera, Pueblo Libre.

 

La promoción de la filosofía política en el Perú es la idea central de todo este evento, porque vemos que hay problemáticas abordadas de forma incorrecta e ideas no tocadas, y en todo ello, el pueblo queda entrampado en una serie de polarizaciones, entre izquierdas y derechas, sin ver al final la solución concreta a lo apremiante que demanda nuestra realidad nacional. Por ello se refrenda la importancia de visibilizar la filosofía política, la importancia del filosofar, la importancia de pensar, tomando la premisa que se desprende del pensamiento aristotélico, de que todos podemos filosofar, de que todos podemos reflexionar y desde allí proponer medidas efectivas a los dilemas que nos aquejan como sociedad política. En función a ello, la presentación, consideramos, puede efectuarse en tres partes. La primera, un estado situacional, que es el contexto en el que nos encontramos y en el que estamos formulando la propuesta del libro; la segunda parte sería la propuesta en si misma y la tercera, las tres grandes conclusiones a partir de la exposición que vamos a desarrollar el día de hoy, finalizando con unas reflexiones a manera de colofón.

 

1. Estado situacional

Fundamentos del crisolismo o de la filosofía política de un nuevo Estado-nación peruano. Desde ya el título nos llama a la reflexión ¿Es posible pensar una nueva Nación peruana? ¿Es posible pensar un nuevo Estado peruano? ¿Es posible pensar una nueva República peruana? Consideramos de forma inequívoca y sin ninguna macula de desviacionismo que, no solo es posible sino imperativo histórico, y este es el punto de partida del libro. Cualquier ciudadano que quiera a su patria, que quiera a su nación, que quiera al Perú, estará de acuerdo con nosotros cuando afirmamos que el Perú puede y debe tornarse en una potencia emergente, siendo este el principal objetivo político que debería de ser en realidad el objetivo real de la política peruana. Pero vemos que, en la praxis de nuestra política nacional, no hay objetivos de tan alta envergadura y aspiraciones elevadas como las que estamos precisando. Los partidos políticos hoy en día, no tienen un norte, menos aún alguna guía de orientación real, es decir, que sea percibida por la población como muestra de que la política de partidos es consecuente, entre lo que propone en campaña, y lo que efectivamente llega a realizar siendo gobierno. Contrario a ello, continuamos viendo a los partidos desgastándose en rencillas intestinas sin llegar a ningún compromiso con el desarrollo del país, derivando en que el Perú se encuentre por ello sin rumbo, sin relevancia geopolítica. Ya hablaremos también un poco de qué es la geopolítica. Es decir, la idea es democratizar el conocimiento, conceptos básicos que nos ayuden a nosotros como ciudadanos a poder exigir correctamente todo lo que es menester exigir a la política y a nuestros políticos, para que dicha praxis se encuentre acorde con sus principios fundantes y no como ahora, alejada de toda virtud y de toda ética. Dicho esto, solo daremos dos ejemplos concretos, muy puntuales de los cientos que puede haber, por ello para los interesados en profundizar en estos temas, contamos con otra obra publicada intitulada Lineamientos Generales Programáticos de Gobierno al Bicentenario de Nuestra República (2021), en donde exponemos problemáticas de la mano de soluciones precisas a cuestiones relativas a Economía, Educación, Salud, Justicia, Agricultura, Defensa, Ciencia y Tecnología. Es decir, relacionado a lo que nosotros consideramos son las principales problemáticas estructurales del país y que urgen atender. Para cualquiera cuestión adicional, nos remitimos a dicha obra disponible en descarga libre y gratuita en nuestro apartado personal. Continuando con los ejemplos concretos:

 

1.1. Crisis del sistema político: Nos encontramos en una crisis cíclica del sistema político en general, nos explicamos, para nadie será difícil recordar todas las crisis que hemos tenido hasta el momento, desde PPK, Martin Vizcarra, pasando por Manuel Merino, Francisco Sagasti, hasta llegar a Pedro Castillo y Dina Boluarte, un lapso que va desde el 28 de julio de 2016 al 07 de diciembre de 2022, es decir, seis años, cuatro meses y siete días, en el que prácticamente hemos tenido seis presidentes a razón de un presidente por año ¿Esto acaso no es una prueba contundente que nos muestra que nuestro sistema político se encuentra en una clara decadencia? Esto es un hecho, en efecto, irrefutable, contrastable fácticamente. Lo cual debería de llamarnos fuertemente la atención sobre cuál es el papel que nosotros como ciudadanos tenemos para mejorar las cosas.

 

1.2. Problemáticas estructurales: Ahora poco, en 2022, hubo una encuesta efectuada por Ojo Público que preguntaba al peruano de a pie, al que la sufre, la vive y la lucha todos los días, lo siguiente: ¿Qué tan desigual es el acceso de los peruanos a…? La justicia, a la salud, a la educación, al trabajo. Las respuestas iban desde muy desigual, poco desigual, nada desigual y no sabe no opina ¿Cuál creen ustedes que fue la respuesta mayoritaria? Muy desigual. Muy desigual el acceso a la Justicia, 83%; muy desigual el acceso a la salud, 70%; muy desigual el acceso a la educación, 59%; muy desigual el acceso al trabajo, 59%. Ello nos gráfica que, a pesar que hubo claros avances en estos últimos lustros como consecuencia del fuerte crecimiento económico, este crecimiento no ha llegado a todos como se hubiera querido, o lo que es lo mismo, no se ha transformado en un desarrollo social efectivo de toda la población, con énfasis en los sectores populares y carenciados de nuestro país. Por ello es que estos problemas estructurales se mantienen vigentes y son causa de las constantes polarizaciones políticas en las cuales siempre el pueblo se encuentra en el medio de la izquierda socialista que propone cambios radicales, pero sin criterio técnico, o de la derecha neoliberal que propone cambios tímidos o un continuismo que a estas alturas se ha vuelto odioso por ser indiferente a las grandes reformas y mejoras que la dinámica de la pujante economía peruana ya exige.

 

2. Propuesta crisolista en lo filosófico político

Estos dos hechos mencionados, guardan relación con la decadencia de la política de partidos y de los políticos, y su afectación por el fenómeno de la posmodernidad ¿Qué es la posmodernidad? No es otra cosa, siguiendo al filósofo Zygmunt Bauman, que la reificación del consumismo en todas las facetas de la realidad social, y es por ello, en lo que a la política respecta, que: (i) la elección de políticos se vuelve una cuestión de oferta y demanda (hay una alta demanda de políticos probos y honestos, pero la oferta es paupérrima); (ii) el político un bien de consumo social; y (iii) el partido una empresa de servicios. Es por ello que percibimos a los partidos como estructuras de negocio y a los políticos como mercaderes que se sirven de la política para enriquecimiento personal.  A todo esto, es menester precisar qué entendemos por política. La política, siguiendo a Aristóteles, es la ciencia de la utilidad general, es el ejercicio del poder para la ejecución de un fin trascendental, y este fin no es otro que el bienestar y la seguridad del pueblo. Estamos seguros que la política sería muy diferente si sus actores principales tuvieran en claro lo que la política realmente significa bajo la definición antes señalada, y actuaran conforme a la misma, pero, obviamente, no les conviene a sus intereses de enriquecimiento ilícito. Como consecuencia de ello, los gobiernos de turno, en tanto el recurso humano de los actores políticos es deficiente, por no decir menos, y al no tener un norte claro al estar desideologizados (porque les conviene estarlo, ya que para el latrocinio es mejor no tener ni principios ni ética), menos el Estado tendrá un norte dirigido al engrandecimiento nacional, y siendo que es el Estado el que hace manifiesto el destino histórico de una nación a través de las herramientas políticas y jurídicas a su disposición, en el caso de un Estado sin gobierno patriótico y de regeneración moral, el resultado será un Estado sin grandes objetivos nacionales a buscar, y ello se explica muy bien por retorno al origen de la problemática, la desideologización como otro de los epifenómenos de la posmodernidad. Aquí es preciso señalar otra definición ¿Qué entendemos por ideología? Ya que por lo general solo hemos estado acostumbrados a la acepción negativa de la misma, la ideología como conciencia falsa en el sentido marxista, sin embargo, hay un sentido positivo, la que nos brindó el epistemólogo y físico argentino Mario Bunge, que describía a la ideología como un conjunto de principios y juicios que, apoyados en la filosofía y la ciencia, brindan una forma de alcanzar objetivos concretos. En ese sentido, la ideología como conciencia verdadera, se torna en una exigencia moral de todo político, ya que ordena el pensamiento y delimita el campo de acción buscado. Es por ello que afirmamos que, la decadencia de los partidos peruanos, es proporcional a su desideologización.  Siendo este uno de los puntos de partida de la propuesta crisolista, la necesidad de contar con una ideología patriótica como base de los cambios y las reformas que el pueblo peruano ve como apremiantes por justicia histórica. A esa propuesta de ideología patriótica le dimos el nombre de: Crisolismo.  

 

2.1. Crisolismo como neologismo culturológico

¿Por qué Crisolismo? Es la primera pregunta que siempre se formula al escuchar el neologismo. Y esto se absuelve con el segundo punto de partida de las reflexiones crisolistas sobre la realidad peruana ¿Qué tengo yo en común con un shipibo-conibo? ¿Qué tengo yo en común con un Ashaninka? ¿Qué tengo yo en común con un Aymara? ¿Qué tengo yo en común con un Quechua?  Que todos queremos un Gran Perú. Que todo podemos construir nación. Que todos podemos contribuir a la forja y mejoramiento constante de la Peruanidad. De que todos los pueblos y etnias del Perú construyen la peruanidad con sus particularidades y riqueza cultural. Como superación de las grescas fútiles entre las posturas indigenistas e hispanistas. La Peruanidad por ello es síntesis histórica entre el indigenismo y el hispanismo bien entendidos como ya en su tiempo señaló José Antonio del Busto Duthurburu. Entre la valoración sana de la fuerza telúrica de nuestros ancestros andino-amazónicos y el legado en lengua y religiosidad de la impronta hispánica. El Perú como síntesis viviente que graficaba Víctor Andrés Belaunde.  

 

2.2. Una revolución axiológica: libertad, orden y justicia

Siendo esta la razón del por qué la tradición popular de nuestros pueblos es tan central para un posicionamiento político de la población, que, al contrario de los viejos marcos de izquierdas y derechas peruanas, y las ideologías a estas vinculadas, ya sean estas liberales, comunistas o fascistas, sea de un orden secundario, frente a lo que la población demanda que es un retorno de los valores: una moralización de la política. Siendo las ideas fuerza siempre latentes en la población, los ideales de libertad, orden y justicia.

 

2.3. La acción conjunta entre nacionalismo y democracia (no liberales)

Lo mencionado es el núcleo axiológico que fundamenta la propuesta crisolista como ideología patriótica en función a lo que el pueblo peruano expresa como ideas fuerza, es decir que, el crisolismo, fluye y bebe, en todo momento, de la praxis popular y su rechazo a los viejos esquemas harto intentados en la política nacional y a la necesidad por ello de una renovación ideológica. Estas otras ideas fuerza a las que el pueblo peruano siempre mostrará adhesión, son el principio del nacionalismo (la exaltación sana de la patria y el Estado-nación), y el principio de la democracia (el efectivo ejercicio del poder por el pueblo peruano para el cumplimiento de las aspiraciones nacionales). Siendo por ello que el crisolismo toma estos principios y propone un nuevo nacionalismo peruano (integral, fundado en la unidad nacional plena para el engrandecimiento patriótico), y una nueva democracia peruana (del mérito, donde la probidad moral sea el sello del ejercicio de la función pública), fuera del marco del sistema que se reconoce como decadente, que no es otro que el sistema republicano liberal fundado en 1821 y que se busca refundar bajo los principios imperecederos ya mencionados, para dar paso a: una República auténticamente nacionalista y patriótica.

 

2.4. Relación entre potenciamiento emergente del Estado-nación y poder cultural y geopolítico

Es por todo ello que, la refundación del Estado-nación se concibe como la condición sine qua non del potenciamiento emergente del Perú, ya que, solo generando empoderamiento político efectivo a través de la labor proba y eficiente de la gestión pública, de la mano de la modernización de las estructuras jurídico-políticas, el Perú podrá recobrar su justo sitial en el concierto de naciones sudamericanas en términos geopolíticos.

 

3. Conclusiones

Por todo lo mencionado, podemos llegar a tres grandes conclusiones, terminando la presente exposición de motivos y razones de la necesidad de esta propuesta de ideología patriótica desde la reflexión filosófico política, que es el crisolismo como la más elevada forma de ideología peruanista al día de hoy. Conforme se señalan a continuación:

 

3.1. La importancia de la ideología

Francis Fukuyama en su obra El Fin de la Historia y el Último Hombre, luego de la caída de la Unión Soviética y el derrumbe del Muro de Berlín, vaticino el fin de las ideologías, y un mundo en donde la democracia liberal iba a entronarse como la última frontera del desarrollo de las sociedades políticas.  Sin embargo, el ascenso de las potencias emergentes como Rusia y China, así como el actual fenómeno de los BRICS, es decir de democracias no-liberales, de la mano de los procesos de renovación ideológica de dichos países, contradijo de forma contundente la panacea liberal de Fukuyama, y reafirmó la importancia de las ideologías en los procesos de potenciamiento emergente de los Estados-nación.  El Perú necesita una ideología que fundamente su propio proceso de potenciamiento emergente, y esa ideología propuesta es el crisolismo.

 

3.2. La utilidad de la filosofía política

La filosofía es importante para la formación humana y cívica, porque nos ayuda a delimitar conceptos y a conocer conceptos de una forma mejor. Si la filosofía, siguiendo a Hegel, es definida como el autoconocimiento de la razón, la forma en como nos conocemos a nosotros mismos. Nuestras virtudes, nuestros defectos, para la mejora humana y lo que de ella se desprende, en referencia a la creatividad. Entonces la filosofía política es el autoconocimiento de las virtudes y los defectos políticos para la mejora de la sociedad política, y allí reside su suprema importancia, porque si ni siquiera tenemos los conceptos claros: ¿Cómo podemos reclamar nosotros la mejora de la sociedad si no conocemos el alcance de los conceptos sobre los cuales pivotan las exigencias de cambio? El Perú necesita visibilizar la utilidad de la filosofía política como herramienta para la regeneración moral de nuestro sistema político.

 

3.3. La necesidad de una visión geopolítica y de una nueva mística nacionalista y patriótica

¿Cómo el Perú puede tornarse en una potencia emergente? Tenemos todas las ventajas comparativas para ser un país poderoso en lo cultural y en lo económico, sin embargo, hemos desperdiciado muchas oportunidades para alcanzar este objetivo de grandeza y esplendor nacional por falta de voluntad política y de visión geopolítica. A todo esto ¿Qué es la geopolítica? La geopolítica no es otra cosa que el impacto político del factor geográfico del Estado. Ahora la pregunta es ¿Tiene impacto político el factor geográfico del Estado peruano actualmente en la región sudamericana? La respuesta se la dejamos a ustedes.

 

4. Reflexión final

¿Cuál es el llamamiento final? La idea de poder pensar un nuevo Perú, un nuevo Estado, una nueva Nación, una nueva República ¿Cómo comenzar el cambio? La transformación. Consideramos que, en este preciso instante, con la lectura. Porque todo comienza con la lectura. Todas las ideas fundamentales de los movimientos que generaron cambios, iniciaron con un libro principal. Tuvimos a John Locke, padre del liberalismo, con su obra Dos ensayos sobre el Gobierno Civil; a Carlos Marx, padre del socialismo científico, con su obra (escrita en conjunto con Friedrich Engels) Manifiesto del Partido Comunista; así también a Giovanni Gentile, padre del fascismo, con su obra Origen y Doctrina del Fascismo. Entonces, todo comienza siempre con una obra fundamental, los cambios comienzan con ideas. Dicho esto, cuál es el principal llamado al involucramiento, precisamente este, a leer. Porque con la lectura generas cultura política, y con ella conciencia cívica que tanto nos hace falta hoy en día. Con conciencia cívica, generas involucramiento político y este no es otra cosa que el activismo, y el activismo deviene en los cambios. Por que no cambiaremos al Perú detrás del escritorio, pero siempre detrás de un escritorio es que primero se formulan las ideas que servirán para todo proceso de cambios, y el proceso de lectura que ello genera para la formación de la cultura política que es consustancial y necesaria, a su vez, para el reclamo de los derechos inherentes que nos corresponden exigir y reclamar como peruanos, para la máxima gloria de nuestro amado Perú. Muchas gracias.

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