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Foto del escritorIsrael Lira

Las tres banderas del justicialismo peronista como farol para el resurgimiento de Iberoamérica



Ponencia brindada en el marco del Congreso Internacional de Pensamiento Nacional Justicialista celebrado en Julio de 2023


1. Introducción: la parábola del péndulo peronista


Juan Domingo Perón en (1944) nos dijo que el individualismo favorece al hombre aislado, pero con ello no hace feliz a la humanidad. Asimismo, señaló que, contra él, en forma de reacción, se desplaza rápidamente un movimiento hacia la total socialización; es decir, siguiendo a Perón, que el hombre desaparece como entidad para aparecer la agrupación como ente. Esos dos extremos, precisaba Perón en su reflexión que refrendamos, han sido siempre, como todos los extremos, organizaciones que no han resistido al tiempo. Es absolutamente un término medio el que parece haber sido, en la historia, lo más estable como organización humana. Por eso mismo Perón reafirma que, observando el movimiento del mundo, pasamos ahora, en ese movimiento pendular, por el centro, por la vertical del péndulo que oscila entre el individualismo y la socialización. Estas son las bases que en lo que respecta a la sociología peronista se denomina como la parábola del péndulo peronista.


Dicha reflexión del General Perón, al día de hoy, consideramos que no solo tiene plena vigencia, sino que vaticinó la construcción de alternativas en ese lugar intermedio que oscila entre el individualismo y la socialización. Ya hay propuestas que están orientadas en ese camino, cada día se habla más de ideas de izquierda con valores de derecha, de economías mixtas y de enfoques eclécticos como la cuarta teoría política. En Iberoamérica la doctrina peronista fue innovadora en ese sentido, y lo sigue siendo a través de sus epígonos más puristas, a pesar de que un sinfín de oportunistas haya tratado de desfigurarla para beneficio personal.


2. Las visiones mixtas como expresiones del movimiento pendular de la historia


Ejemplos como las potencias emergentes (p.ej. China y Rusia) de hoy en día nos dan una idea concreta de como la socialización puede darse en el mismo plano que una economía de mercado sin ningún inconveniente y con resultados eficientes. En Iberoamérica la cuestión es distinta, en donde los errores en gestión política por parte de los poderes ejecutivos (el desgaste generado por continuas reelecciones, la mala gestión pública, todo ello ligado al contexto de no fictos intereses foráneos en la región) pusieron a trabajar el péndulo de nuevo, y es que en la historia de Iberoamérica, parece ser el lugar en donde la parábola del péndulo peronista se niega a pasar por el centro alguna vez, dándole todo el poder a la derecha neoliberal o todo el poder a la izquierda socialista, y/o variantes marginales de estas doctrinas, y en donde el justicialismo peronista (junto con otras experiencias análogas muy puntuales como p.ej. el laborismo de Getúlio Vargas en Brasil o el mismo nacionalismo popular de Juan Velasco Alvarado aquí en Perú) fue la excepción innovadora.


Cuando la derecha neoliberal es presa de sus contradicciones internas y equívocos, el pueblo es arrastrado en masa a la izquierda, de forma análoga, cuando la izquierda socialista es presa de su mala gestión y/o de sus errores en conducción política, el pueblo es arrastrado en masa a la derecha neoliberal, y es que el péndulo es reaccionario y nunca se detiene en el centro al menos que los extremos estén equilibrados.


El caso Europeo es diferente y aporta avances interesantes, en donde ya vemos alianzas entre una derecha iliberal (es decir, no liberal) y una izquierda nacionalista en pos del interés nacional –p.ej. el movimiento de chalecos amarillos en Francia en los momentos más álgidos de su aparición en 2018– y en contra de las oligarquías financieras y los partidos de izquierdas y derechas liberalizados y funcionales a intereses globalistas, es decir, el pueblo contra la élite, en cambio, en Iberoamérica aún no hay tal equilibrio y las contradicciones entre la derecha neoliberal y la izquierda socialista, aún son muy hondas, y es por ello que a la fecha, toda alianza o diálogo entre una cuasi inexistente (lo cual es decir mucho) derecha iliberal y una creciente izquierda nacionalista es visto como herejía, pero es en estos últimos espacios en donde hay más puntos en común con la izquierda socialista que con la derecha neoliberal, mientras vemos que la izquierda socialista tiende más a la nacionalización de recursos estratégicos, la derecha neoliberal es más próxima a la privatización foránea, lo que de forma coloquial se conoce como vendepatrias.


3. Las tres banderas del justicialismo peronista como farol para el resurgimiento de Iberoamérica


Ahora, finalizando la presente: ¿Cuáles son esos puntos en común que pueden generar a futuro un equilibrio para que el péndulo pase por el centro en Iberoamérica?No en el sentido de una posición centrista en el espectro político, sino en un enfoque metodológico de acción que propicie el surgimiento de alternativas políticas que superen el panorama de revoluciones y contrarrevoluciones que siempre han caracterizado a nuestra América, brindándole la tan ansiada estabilidad que necesita la región para cualquier proyecto que vele por la realización de los sagrados intereses nacionales y la construcción de una vía de engrandecimiento nacional. Estos puntos, consideramos, no son ni más ni menos que la tricotomía justicialista o las tres banderas del justicialismo, en ello: soberanía política, independencia económica y justicia social. Al respecto, Flores (1999)en su obra el peronismo justicialista, nos dice sobre estas tres banderas que, la justicia social es la que orienta la solución de la problemática social derivada de la explotación del hombre por el hombre… [por otro lado] La independencia económica y la soberanía política, son banderas que representan la reivindicación nacionalista frente a la dependencia… [generada por el] imperialismo y que viabilizan la liberación nacional reclamada.


Por nuestro lado, y como colofón, sobre las tres banderas y su importancia para todo el continente americano, diremos que, para nosotros, la soberanía política implica que las naciones de Iberoamérica alcancen el grado de potencia emergente y de actor relevante geopolíticamente en el concurso de naciones, con la libre determinación en la dirección de sus destinos y sin ninguna injerencia por parte de potencias extranjeras tanto en su política interna como externa.


Sobre la independencia económica, diremos que implica que las naciones de Iberoamérica alcancen la plena industrialización y modernización que le permita a su vez mantener un total equilibrio entre el gasto y el ingreso público, financiando así todo proyecto gubernamental con las arcas del Estado Nacional, relegando de forma paulatina los mecanismos de endeudamiento internacional al ser lesivos en el mediano y largo plazo a los intereses nacionales.


Finalmente, por justicia social, primero (ante la desinformación que se genera en algunos espacios de la derecha –particularmente libertaria– que solo la constriñe a una expresión de la izquierda socialista pretendiendo con ello deslegitimar su importancia contemporánea) diremos y es necesario decir que, es un término acuñado por la Doctrina Social de la Iglesia, particularmente en la obra del jesuita italiano Luigi Taparelli publicada en 1843 e intitulada Saggio teoretico di dritto naturale, appoggiato sul fatto (Ensayo teórico del derecho natural apoyado en los hechos), en donde aparece por vez primera dicho concepto, entendido como «igualar de hecho a todos los hombres en lo tocante a los derechos de humanidad...». En ese sentido, la justicia social que hoy se exige, implica que en las naciones de Iberoamérica exista tanto una justa distribución de la riqueza como una justa distribución de bienes culturales, lo que implica a su vez:


(a) Justa distribución de la riqueza, la garantía de que todos los miembros de la sociedad deben participar en el bienestar, así como en la creación, multiplicación y conservación de la riqueza.


(b) Justa distribución de bienes culturales, la garantía de que todos los miembros de la sociedad deben tener condiciones de acceso a la educación, el arte y la cultura sin los cuales no puede haber ningún tipo de desarrollo humano.


Referencias bibliográficas


FLORES, Héctor.A. (1999). «El peronismo justicialista». Instituto Superior de Conducción Política.


Bibliografía


MAZZIERI, Diego. (2012). «Ni yanquis ni marxistas ¡Peronistas! Demoliendo mitos y calumnias de gorilas e infiltrados». Ediciones antisinárquicas.


PERÓN, Juan Domingo. (1952). «Conducción Política». Escuela Superior de Conducción Política.


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