Reflexiones en torno a un descubrimiento científico y breve charla con su descubridor, el paleontólogo peruano Mario Urbina Schmitt
1. Introducción
Ha trascurrido más de un mes desde que, en las salas del Museo de Historia Natural de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, se presentara al mundo entero el más fantástico hallazgo de la historia de la paleontología peruana: los restos parciales del esqueleto de un cetáceo bautizado como Perucetus colossus, el impacto en la prensa especializada y popular fue inmediato; largas colas se formaron (y siguen formándose) para entrar al viejo museo universitario de la avenida Arenales en el distrito limeño de Jesús María. Pero, más allá del revuelo inicial ¿Cuáles son las consecuencias y trascendencia de este hallazgo? ¿Es la paleontología una ciencia que reciba apoyo por parte del Estado y/o la empresa privada en el Perú? ¿Es el único hallazgo importante realizado en el Perú? Para absolver estas y otras preguntas hemos recurrido a revisar el historial de publicaciones y la exhibición del Museo de San Marcos y, para mayor claridad en algunos ítems, entrevistamos –de breve manera- al paleontólogo peruano Mario Urbina Schmitt, descubridor de los restos fósiles en el desierto de Ica.
2. Un viejo museo universitario
Una casona rodeada de jardines y laboratorios científicos en medio del bullicio de una avenida transitada, a la espalda del hospital más grande de la ciudad. Un pequeño paraíso de paz y verdor en el caos limeño; de no ser por los enormes esqueletos de cetáceos exhibidos en sus jardines pocos se imaginarían lo que atesora. Aunque muchos se desilusionen al saber que dichos esqueletos no son fósiles de dinosaurios, este Museo constituye una de las instituciones con mayor cantidad de publicaciones científicas al año como prueba de la investigación realizada en él. Sin embargo, alejado de las rutas turísticas que fluyen por Lima (desdén u olvido de autoridades y/o agencias de turismo)...
...es el depositario de la mayor colección de fósiles del Perú y una de la mejores de Sudamérica.
Es sábado y la cola para entrar es larga. Niños, jóvenes, adultos y algunas personas mayores vienen a conocer a Perucetus colossus y algunos se preguntan si su descubridor estará por allí para conocerlo. Nos preguntamos si acaso algunos de esos niños estará formando una vocación por la ciencia a través de la curiosidad propia de la niñez, que muchas veces en vez de estimular, la anulamos. Algunos llevan pequeños dinosaurios de juguete en sus manos
¿Llevarían un Perucetus de juguete si acaso existiera?
El museo posee una colección enorme, constreñida a las instalaciones de una casona a la que se le saca el jugo al máximo, algunas salas están en renovación, otras han sido remodeladas recientemente y las viejas vitrinas de madera empiezan a ceder su lugar a infraestructura moderna, pero el ambiente de casa antigua permanece. La mayor parte de la exhibición gira en torno a fósiles. Desde fragmentarios restos de dinosaurios procedentes de Bagua, al lado de recreaciones a tamaño natural que hacen la delicia de los niños, hasta la llamada “megafauna” (mamíferos de gran tamaño) que convivió con los primeros seres humanos que llegaron a este territorio que hoy llamamos nuestra patria: el Perú.
3. El descubridor
Hallamos a Mario Urbina Schmitt en el Laboratorio de Paleontología de Vertebrados, en uno de los sótanos donde charlamos para mayor calma. Rodeado de fósiles, otros paleontólogos, biólogos y estudiantes, es un ambiente perfecto. Urbina tiene más de cuatro décadas recorriendo el Perú, la mayor parte de ese tiempo lo ha pasado en el desierto que se extiende en la costa peruana entre Paracas en Ica y el norte de Arequipa. La gran mayoría (por no decir casi todos) los fósiles que se exhiben en el museo fueron descubrimientos suyos. Esto lo ha dejado marcado, debe andar con bastón ahora y las exploraciones que antes se hacían a pie, deben complementarse con vehículos con la capacidad de vencer uno de los medios más agrestes del Perú, como es el desierto costero.
[Comienzo del diálogo entre Pedro Vargas y Mario Urbina]
Pedro Vargas (PV): ¿Cuál es la trascendencia científica del descubrimiento de Perucetus colossus?
Mario Urbina (MU): Este hallazgo constituye un nuevo capítulo en la evolución de los mamíferos marinos. Para la época en que Perucetus vivió (40 a 39 millones de años periodo Eoceno) no deberían ser tan grandes. Por citar un ejemplo, el basilosaurio (género de cetáceos primitivos a cuya familia pertenece Perucetus) más grande de la época tiene una vértebra que la puedes cargar con una mano, trata de mover una de Perucetus y me entenderás. Por otro lado, se trata de un mamífero marino con los huesos gruesos y extremadamente densos, que debieron servir para que el animal pueda estar en los fondos marinos; esto nos lleva a otro punto, sería el único arqueoceto (cetáceo primitivo) de alimentación herbívora; no sabemos exactamente que comía pero es claro que lo que comiera se hallaba en el fondo marino y no podía ser un cazador veloz con su peso. Recuerda mucho en aspecto a los manatís, en particular a la extinta vaca marina de Steller (Hydrodamalis gigas).
PV: Más allá de los aspectos formales y científicos ¿Qué más nos ha traído Perucetus colossus?
MU: A mi me da mucha gracia y curiosidad la fascinación que este hallazgo ha tenido. Aún no hemos encontrado la cabeza del animal, he hallado decenas de fósiles hermosos con cabeza y no han tenido la acogida que este tiene. No se si es el nombre, o la necesidad que tiene el peruano de hallar reconocimiento en algo, y este hallazgo es algo que pertenece a todos. El fenómeno sigue, la afluencia al Museo está al tope como las colas demuestran y no se trata solo de niños curiosos, hay de todo.
Creo que este fósil es un buen embajador del Perú ante el mundo.
PV: ¿Cuáles fueron las principales dificultades con este hallazgo?
MU: Debí enfrentarme a la incredulidad de muchos, incluidos miembros del equipo del Museo; si bien han sido 16 años de trabajo, en los cuales se ha sufrido mucho, lo recuperado del fósil hasta el momento nos permite saber mucho de él, pero aún no hallamos la cabeza. El financiamiento del trabajo se dio por medio del paleontólogo y excéntrico empresario pesquero, el neerlandés Dr. Klaas Post y el apoyo de investigadores europeos en temas totalmente científicos. En Perú, el equipo del Museo fue en extremo valioso pues fueron quienes, junto a mí, debieron enfrentarse al trabajo de excavación en la ladera de un cerro en medio del desierto, con vientos huracanados, arena por todos lados, calor en el día, frío en la noche y la frustración de no poder avanzar como se deseaba. Pero, hoy, al ver esas colas de público en el museo uno piensa que valió la pena. Lamentablemente, el museo no puede hacer uso autónomo de sus recursos debido a temas administrativos y burocráticos.
PV: ¿Qué le depara el futuro a Perucetus y a Mario Urbina?
MU: Quiero volar el cerro para encontrar el resto del fósil, en particular la cabeza, pero para esto debo buscar la unión de diversas instituciones y más apoyo, he tocado las puertas de los institutos armados del país también. A pesar de las dificultades siempre debo resaltar a dos instituciones peruanas en esto: la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y su Museo de Historia Natural; y, el Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico del Perú (INGEMMET).
[Fin del diálogo]
Nos despedimos para dar paso a una familia que deseaba retratarse con Mario Urbina, tras ellos un niño parecía reconocerlo y hablaba con sus padres. La afluencia del público al museo sigue, y esperamos que siga, más allá de la novedad de Perucetus colossus, el museo alberga una muestra de la riqueza natural del Perú que vale la pena ser visitada.
4. Epílogo
Interesantes e importantes palabras las del paleontólogo Mario Urbina Schmitt, en un contexto donde el peruano de a pie desconoce muchas de las riquezas del país, y como muchos trabajan para darlas a conocer y acrecentar el conocimiento de la naturaleza y darlo a conocer al mundo. Lamentablemente, más allá de fotos de rigor y condecoraciones (merecidas y bien recibidas) los paleontólogos peruanos continúan preparando fósiles para su estudio en una construcción prefabricada casi al aire libre en uno de los jardines del museo ¿Existirá alguna vez financiamiento para más investigaciones como esta? En un contexto sudamericano donde “ultra libertarios” pretenden ahorrar dinero cortando fondos al desarrollo científico, u otros consideran la paleontología un pasatiempo caro; siempre es bueno recordar que no hay ninguna potencia mundial, ni regional que no haga ciencia. La diversidad del Perú merece más investigaciones, nuestro maravilloso crisol natural y cultural bien lo vale.
Enlaces interesantes sobre el tema:
Departamento de Estudios en Arqueología e Historia -DEAH
Pedro Vargas Nalvarte, Jefe de Departamento, Licenciado en Arqueología por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y Magister en Lingüística por la misma casa de estudios, investigador del Laboratorio de Paleontología de Vertebrados del Museo de Historia Natural UNMSM y de la Asociación Peruana de Arte Rupestre.
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