Visión general introductoria a los sistemas de comunicación gráficos andinos y costeños
Introducción
Una de las razones para que las civilizaciones que habitaron el territorio de la actual República del Perú sean tachadas de primitivas o, peor aún, de 'Pre - Historia'; es el supuesto hecho de que ninguna de ellas haya desarrollado un sistema de escritura. El tema, definitivamente, no es nuevo; ha sido tema recurrente desde la llegada de los primeros occidentales al territorio del entonces Imperio del Tawantinsuyu, quienes se asombraron de ver tan vastos dominios hábilmente administrados sin una 'escritura como la nuestra'. La tendencia inicial fue negar tajantemente la existencia de un sistema de escritura. Veamos primero los datos que niegan la existencia de escritura, en el Imperio del Tawantinsuyu.
Durante la conquista
Garcilaso de la Vega, el genial cronista mestizo y primer peruano de alma y corazón, al hablarnos del sistema de quipus es enfático al señalar que 'el nudo da la cifra más no la palabra', de sus informaciones queda en claro que los famosos quipus eran un magnífico sistema de contabilidad pero no de transmisión de textos. Pero, a su vez nos transmite un bello poema que, supuestamente estaba cifrado en un quipu, grandes son las contradicciones en la crónica de nuestro querido Garcilaso. Debemos recordar que este cronista tuvo acceso a una crónica que escribió el religioso Jesuita Fernando de Montesinos que habla de una lista de ¡102 gobernantes Incas! distribuidos en diversas dinastías, este autor da por hecho la existencia de escritura pero no da detalles de cómo era el sistema. Por otro lado, Garcilaso tuvo acceso a los desordenados restos de la crónica de otro religioso Jesuita mestizo: Blas Valera, quien también afirma la existencia de escritura. Lamentablemente, el Inca Garcilaso no ahonda el tema ni da más detalles. Valga mencionar que la crónica de Valera es conocida por pedazos gracias a las largas transcripciones que Garcilaso realiza de esta a lo largo de los famosos 'Comentarios Reales de los Incas'.
Consumada la destrucción del Imperio, Consumada la destrucción del Imperio, los quipus fueron destruidos en grandes autos de fe por considerarse 'demoniacos'. Sin embargo, el motivo es más económico y político que religioso. Los curacas wankas, que aportaron tropa, personal de carga, animales de carga, bienes, etc. a la empresa hispana de destrucción del Tawantinsuyu, reclamaron un pago a cambio de todo ello. Las pruebas fueron, como se podrán imaginar: quipus. Para aceptarlos como pruebas se recurrió a religiosos españoles que habían aprendido el sistema y dieron fe de la verdad de los reclamos de las pruebas presentadas. Ante tal hecho, es fácil imaginarse la avalancha que la administración hispana tuvo: cada etnia que apoyó en la destrucción del odiado imperio cusqueño reclamaba su pago presentando quipus como pruebas. Para evitar onerosos pagos o conceder honores (los curacas wankas obtuvieron escudo de armas, exoneración de encomiendas en sus territorios, títulos de nobleza, etc.) se prefirió destruir los quipus y con ellos las pruebas del apoyo dado a los hispanos por parte de los curacas de múltiples etnias. Esto deja en claro la utilidad de los quipus como sistema de contabilidad pero esto no es escritura.
Algo más acerca del quipu
En tiempos recientes diversos estudios se han realizado acerca de los quipus, uno de los más curiosos es el realizado por el Ing. inglés William Burns quien pretendía ver en ellos fonemas cifrados de un sistema de escritura consonántico (obviando las vocales a la manera del sistema hebreo o el árabe). Sin embargo, sus trabajos no llegan a buen camino. El hallazgo de quipus en comunidades de la sierra que continuaban siendo usados en el siglo XIX e inicios del XX y algunos en la actualidad, dejan en claro que son un sistema de contabilidad, complejo y eficiente, pero sólo de contabilidad que requiere de buena dosis de mnemotecnia para su funcionamiento. De allí que en tiempos del Tawantinsuyu los kipukamayokuna ('encargados de las cuentas' dicho en cristiano: 'contadores') eran una elite bien considerada.
Quipus, sistema contable del Tawantinsuyu, aunque en la cultura Wari también existieron
Sobre los tokapus
Un caso interesantísimo de un estudio trunco por dejadez del mundo académico peruano es el de la profesora Victoria de la Jara. Allá a finales de la década de 1960 plantea la existencia de una escritura en el Tawantinsuyu cuya evidencia serían los diseños enmarcados en pequeños cuadrados llamados 'tokapus', estos se observan en vasijas como los famosos 'keros', pero sobre todo en textiles como las vestimentas de los nobles. Su planteamiento era de la existencia de una escritura ideográfica, donde cada tokapu representaba una idea, esta podía ser complementada o combinada en la medida que al tokapu se le mezclaba con otro incluso variando los colores. Para sustentar mejor sus planteamientos trabajó son un semiólogo europeo con quien expuso en un Congreso Internacional desarrollado en Lima. Lo que ella esperaba sería el anuncio de un descubrimiento trascendental, fue todo lo contrario: los arqueólogos e historiadores presentes le tildaron de 'poco científica', ' que al extranjero no se le podía creer', e incluso adjetivos que ponían en duda la cordura de la investigadora. Resultado de ello: Victoria de la Jara abandonó sus investigaciones desilusionada y donó su inmenso archivo de notas y cuadros a una universidad estadounidense.
Sin embargo, casi medio siglo después, investigadores de la Universidad de Varsovia han retomado los trabajos de Victoria de la Jara, sus resultados son los mismos que los de ella, pero con mayor detalle y desarrollo. Aún sin publicar estos trabajos estarían demostrando que paralelo al sistema contable de quipus existió un sistema de escritura ideográfica y, que por celos absurdos y desconocimiento, los estudios en este interesante campo se atrasaron medio siglo. ¿Qué estaríamos leyendo del sistema de escritura cusqueño si Doña Victoria de la Jara hubiera recibido el apoyo necesario?
Muestra de diseños inka llamados tokapus, estudiados por Victoria de la Jara
Pero, algo que debe quedar claro es que Pero, algo que debe quedar claro es que la escritura en tiempos del Tawantinsuyu no era popular y estaba circunscrita a ciertos sectores de la nobleza. Al igual que en ciertos periodos del antiguo Egipto donde ni el faraón podía leer algo sino tenía un 'escriba' consigo. Es por ello que encontramos textos como el famoso 'Manuscrito quechua de Huarochirí' donde el informante indígena del sacerdote Ávila declara que 'si hubiéramos tenido letras no se hubiera perdido mucho de nuestra historia'. Y es por ello que cronistas españoles declaran que 'no tuvieron letras como las de nosotros'. Debe quedar claro que hablan del único sistema de escritura que conocen: el occidental; otro sistema debió pasar totalmente desapercibido. Como el curioso caso de la escritura Maya, hoy podemos leer relatos dinásticos, tratados de astronomía entre otras cosas en los textos mayas. Pero para muchos arqueólogos e investigadores la escritura era simplemente 'decoración'. Nos podemos preguntar nosotros: ¿cuánto de lo que llamamos 'decoración' en la actualidad -tanto en cerámica, textiles, petroglifos o arquitectura- es en realidad escritura?
¿Pallares como escritura moche?
Un caso peculiar es el del Ing. Rafael Larco, hacendado norteño que excavaba sitios arqueológicos que se encontraban en sus tierras. Observó que en ciertas cerámicas de la cultura Moche (100 - 700 dC) habían personajes corriendo llevando bolsas que contenían pallares. Planteó que serían algo análogo a los chaskis del Tawantinsuyu. Analizó los pallares con detenimiento y halló que tenían diversas pictografías que asumió como prueba de una supuesta 'escritura pallariforme'. No ahondó más esta línea de investigación. En la actualidad se considera que dichos pallares son parte de un juego o un sistema para adivinar la suerte; curiosamente, ambas ideas no son incompatibles con un sistema de escritura.
Según el Ing.° Rafael Larco Hoyle los moche tuvieron un sistema de escritura en pallares. El concenso actual indica que se tratan de fichas de un juego o implementos de adivinación, estas ideas no se contraponen con las de un sistema de escritura
¿Uno o varios sistemas de escritura?
Algo que debemos tener en claro es que no existe un sólo sistema de escritura. El nuestro es, obviamente, el que mejor conocemos, pero el chino funciona de una manera muy distinta, al igual que las tres maneras de escribir que existe en Japón. La escritura es la representación gráfica del habla o del pensamiento; desde dicho concepto se puede plantear la existencia de diversos sistemas de registro gráfico que pueden considerarse escrituras. En lengua quechua, y también en el aimara, hay una palabra que se refiere a grafismos y es 'killka', si existe la palabra, existe el fenómeno. Esto es una puerta abierta para entender el fenómeno de una manera distinta.
Nuevas ideas del nuevo siglo
En la última década nuevos estudios están dando una visión aún más profunda en complejidad y temporalidad a la escritura autóctona. De manera independiente investigadores han planteado que en Chavín y en tiempos anteriores a Chavín en la costa central existió un sistema de escritura. Los trabajos de los arqueólogos Gori Echevarría y de quien escribe, no han sido rebatidos pero tampoco nadie más se ha sumado a este campo de investigación que junto a la Universidad de Varsovia han reabierto. El tiempo y las nuevas investigaciones que los mencionados y otros realicen darán la razón, desecharán o modificarán estos planteamientos.
“Killkas” del sitio arqueológico de Checta (Valle del río Chillón) según Gori Echevarría una forma de escritura muy antigua. (Fotografía del autor)
Figura en estilo Chavín de una vasija de la Galería de las Ofrendas, en la cinta que sale de la boca del ser se observan signos aislados, de acuerdo a nuestra propuesta se tratarían de signos logográficos, el patrón es repetitivo en otros soportes físicos
Departamento de Estudios en Arqueología e Historia -DEAH
Pedro Vargas Nalvarte, Jefe de Departamento, Licenciado en Arqueología por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y Magister en Lingüística por la misma casa de estudios, investigador del Laboratorio de Paleontología de Vertebrados del Museo de Historia Natural UNMSM y de la Asociación Peruana de Arte Rupestre.
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