“Le doy mi vida, los incas no tuvieron esa bandera. Esa bandera no existió, ningún cronista hace referencia a ella (…) Separemos las cosas verídicas de las tonterías. Es momento de hacer un deslinde y rectificar, porque está tomando cuerpo una cosa que no es histórica. Y la historia hay que defenderla.”
(Rostworowski en TerraPerú del 19 de abril del 2010)
1. Introducción
Desde hace algún tiempo vemos organizaciones políticas, académicas y populares que exhiben o ensalzan una supuesta bandera del antiguo Imperio del Tawantinsuyu, incluso, conocemos de algunos círculos que hablaron de reemplazar la roja y blanca por esta sietecolores; además, durante el gobierno de Alejandro Toledo Manrique, esta bandera flameó junto a la nacional en Palacio de Gobierno. Era evidente el tinte étnico que se le pretendió dar a dicho gobierno dadas las características externas del presidente en cuestión, hábilmente manejadas por sus asesores de imagen. Sin embargo, más allá de la política partidaria y las simpatías o antipatias que dicho gobierno pudo generar, ¿cuánto de verdad había en el planteamiento de una supuesta bandera del Tawantinsuyu? ¿Constituye acaso un símbolo para recuperar y hacer uso de él como una reivindicación étnica? ¿Fue el símbolo que unificó a los más de diez millones de habitantes del único imperio del hemisferio sur del mundo?
Este artículo no se abre con una cita de María Rostworowski en vano. Hemos citado a la desaparecida etnohistoriadora para dejar en claro, desde el inicio, nuestra posición contraria a la hipótesis de una bandera nacional que unificara a todos los habitantes del Tawantinsuyu. Su radical y ácida negativa tiene el respaldo de su amplio conocimiento de fuentes escritas que hablan acerca de lo que españoles, mestizos e indios letrados vieron, escucharon, supieron en tiempos de la conquista y el virreinato; pero, hay una preocupación mas tácita en el texto, lo referido al uso que se puede hacer de dicho emblema para cosas que van más allá de lo académico.
Por cierto estimado lector, si usted va a señalar que María Rostworowski “no sabe nada del tema” porque era limeña, porque tiene un apellido extranjero o no le parece de mucha importancia los datos que aporta Garcilaso; es mejor que lea primero acerca de falacias y descarte los ataques personales. Lo mismo para quienes piensen que si no se sabe quechua no se puede investigar nada acerca del pasado andino. Asimismo, para quienes crean que los españoles de la conquista no entendían nada de la realidad andina y por ello no debemos hacerles caso; solo añadiré que este reclamo de ser fundado debería ser válido para todo y no sólo para lo que desagrada a ciertos sectores que se ofenden cuando se les habla de sacrificios humanos, guerras y otras humanas conductas y tradiciones comunes a todos los pueblos del mundo en diversas épocas.
Trataremos entonces acerca de la supuesta bandera del Tawantinsuyu, viendo primero los conceptos que trabajaremos, pues hablamos de banderas, así que debemos saber lo que es una; seguiremos con algunos datos interesantes que se desprenden de los numerosos dibujos del cronista Don Felipe Guaman Poma de Ayala; algunos datos de crónicas donde detallaremos acerca del dato que parece originar todo el asunto; veremos algunas banderas parecidas y con las cuales hay mucha confusión para terminar con algunos comentarios a manera de conclusiones dejando siempre abierta la discusión.
2. Lo qué es una bandera y lo que es un estandarte
Es preciso tener claros los conceptos y categorías que vamos a manejar, para ello asumiremos en primer lugar lo que el Diccionario de la RAE nos dice. No se trata de adecuar los significados a nuestros gustos, sino, el relativismo nos llevaría a debates sin sentido donde todos creerían tener la razón porque todos tendrían los significados que quisieran. La RAE señala siete acepciones:
1. Tela de forma comúnmente rectangular, que se asegura por uno de sus lados a un asta o a una driza y se emplea como enseña o señal de una nación, una ciudad o una institución.
2. Nacionalidad a la que pertenecen los buques que la ostentan.
3. Tela con marcas y colores distintivos que se utilizan para hacer señales.
4. Insignia de una unidad militar que lleva incluido un símbolo o distintivo que les es propio.
5. Gente o tropa que milita bajo una misma bandera.
6. Cada una de las compañías de los antiguos tercios españoles, y también actualmente de cierta unidades tácticas.
7. Montón o tropel de gente.
Figura 1. Ejemplo de bandera.
Descartamos las acepciones 5, 6 y 7 y trabajemos con las primeras. En la principal tenemos la descripción general donde hallamos características físicas y de funcionalidad. Es normalmente rectangular y se sujeta a un asta por uno de sus lados. La función es la de identificar a un colectivo de personas (sea a nivel de nación, ciudad, etc.). Esto se aplica a los barcos en la acepción dos; en la tres tenemos un uso menor similar al presentado en la cuatro. Estamos escribiendo en español, hablamos español, nuestro mundo académico se mueve en esta lengua por tanto, analizamos los conceptos en esta lengua. Veamos ahora lo que es un estandarte, la RAE nos trae dos acepciones:
1. Insignia que usan los cuerpos montados, consistente en un pedazo de tela cuadrado pendiente de un asta, en el cual se bordan o sobreponen el escudo nacional y las armas del cuerpo a que pertenece. Antiguamente se usó también en la infantería.
2. Insignia que usan las corporaciones civiles y religiosas. Consiste en un pedazo de tela generalmente cuadrilongo, donde figura la divisa de aquellas, y lleva su borde superior fijo en una vara que pende horizontal de un astil con el cual forma cruz.
Figura 2. Ejemplo de estandarte.
Una diferencia muy clara de un estandarte frente a una bandera es que este no ondea al viento pues se haya fijo por la parte superior, además es de forma cuadrangular; más allá de las especificaciones relativas al uso militar que tuvo inicialmente. En la segunda acepción se añade una variante de uso civil o religioso en la que la tela pende un armazón en forma de cruz.
La insignia o pendón resulta siendo algo más específico en uso militar y lo detallaremos por motivos que quedarán aclarados en lo siguientes párrafos. De acuerdo a la RAE, un pendón es:
1. Insignia militar que consistía en una bandera más larga que ancha y que se usaba para distinguir los regimientos, batallones, etc.
2. Insignia militar, que era una bandera o estandarte pequeño, y se usaba en la milicia para distinguir los regimientos, batallones y demás cuerpos del ejército que iban a la guerra. Hoy usan banderas o estandartes, según sus institutos.
3. Divisa o insignia usada por las iglesias y cofradías para guiar las procesiones.
4. Vástago que sale del tronco principal del árbol.
5. (En términos coloquiales) Persona, especialmente mujer, muy alta, desvaída y desaliñada.
6. (En heráldica) Insignia semejante a la bandera, de la cual se distingue en el tamaño, pues es un tercio más larga que ella, y redonda por el pendiente.
7. Rienda para gobernar las mulas de guías.
Referido a pendón, obviando las acepciones cuatro y cinco, los significados refieren siempre a usos militares y su adaptación a la vida civil en el caso del uso en las procesiones.
Resumiendo lo anterior y a manera de conclusiones podemos señalar que tenemos tres tipos de símbolos o enseñas de tela que tienen diferencias respecto a la manera como son portadas. La bandera, normalmente, de forma rectangular; se sujeta a un asta o una driza por uno de sus lados y ondea al viento, el estandarte es de forma cuadrada y se sostiene de un asta por su parte superior, no ondea y posee una variante en que este se sostiene de un soporte vertical que le da a su armazón la forma de una cruz. El caso del pendón es una variante de la bandera que se diferencia por su forma alargada y también podía ser una bandera o estandarte pequeño.
Respecto de la función queda claro que todas tienen una misión de comunicación y de símbolo visual que busca congregar a un conjunto de personas. El uso empieza en términos militares, en la caballería y la infantería antigua; el uso civil empieza con lo religioso en procesiones y se adapta luego a otras organizaciones. El caso de la bandera es bastante peculiar pues es la enseña de una nación, ciudad o institución. La esencia es la de representar a un colectivo de gente que se identifica con algo superior a ellos.
En el Perú actual tenemos no sólo una bandera nacional sino también las regiones, las ciudades, las provincias, los distritos, los colegios, instituciones diversas, universidades, etc. Se ha tornado algo tan común que un colectivo de personas tenga una bandera que se asume a priori que todo colectivo ha debido tener una. Pero, nuestra bandera actual, por ejemplo, nos representa a todos (guste esto o no a muchos). ¿Cuál sería el nivel de representatividad de una bandera de una élite gobernante como las casas reales europeas? Por citar un ejemplo…
3. Lo que observamos en la crónica de Don Felipe Guaman Poma de Ayala
Uno de los cronistas más acuciosos pero, no por ello menos polémico es Don Felipe Guamán Poma de Ayala, su extensa carta al rey de España, acompañada por múltiples gráficos constituye una valiosa fuente de información que puede y debe ser aprovechada con el cuidado necesario que amerita un cronista indígena que trabajó al servicio de un sacerdote español extirpador de idolatrías.
El aspecto gráfico de su obra es un medio importante para entender procesos de aculturación, mestizaje e imposición en múltiples aspectos. Podemos ver eso a nivel de vestimenta, armas, peinados y también a nivel de emblemas como banderas y estandartes. Resultaría difícil de creer que un elemento tan notorio e importante como una bandera nacional o de una casa real se haya escapado a la perspicacia de Guaman Poma. Revisando el Tomo I de su crónica, que refiere hechos del pasado prehispánico y de la conquista podemos notar cosas muy interesantes que pasamos a reseñar.
En dos ocasiones se puede observar la representación de Pizarro y Almagro sosteniendo una bandera cada uno con sus respectivos apellidos (Guamán Poma 1993: 40, 42). En cinco oportunidades podemos ver la representación de una bandera con el escudo de Castilla (Ibíd.: 282, 285,313, 327 y 329). En un gráfico del Apóstol Santiago cargando contra tropa indígena se le representa portando un pendón.
Figura 3. Banderas en la Crónica de Guaman Poma.
Figura 4. Bandera del reino de Castilla en la Crónica de Guamán Poma.
Figura 5. Pendón en la Crónica de Guamán Poma.
Tenemos representaciones de banderas y pendones, que se asocian al reino de Castilla y al Apóstol Santiago; además de lo curioso de las banderas con los nombres de los conquistadores. Queda muy claro que estamos frente a la bandera del Reino de Castilla portada por españoles durante la conquista del Tawantinsuyu. Guaman Poma debió conocerlas muy bien y las representó en esta parte de su crónica con notable detalle. Ahora, debemos ver si hubo el mismo detalle para banderas, estandartes o pendones indígenas.
Lo más próximo a una bandera lo hallamos representado cuatro veces (Ibíd.: 185, 211,303 y 331) se trata de una aparente tela rectangular cuyo lado suelto termina de manera aserrada y se le rellena con un achurado cruzado que puede implicar un color oscuro. Se le observa en actividades religiosas como el pedido de agua durante el mes de Uma Raymi (Ibíd.: 185), en una procesión religiosa (Ibíd.: 211), durante el levantamiento de Manco Inca (Ibíd.: 303) y portada por tropa indígena al servicio de la corona española peleando contra el rebelde Hernández Girón (Ibíd.: 331). Como vemos aparece en contextos religiosos y de guerra, siempre la misma forma y aparentemente el mismo color.
Figura 6. Representación de probable bandera en la Crónica de Guaman Poma.
Hay que tener presente que tenemos diversas representaciones del Inca y nunca este parece ligado a un emblema o signo que se le asocie como un símbolo real. Lo más próximo es un quitasol que parece siempre al lado de la Coya; pero, su importancia es utilitaria. Hay dos dibujos donde se observa a funcionarios reales que deben portar elementos que atestigüen que han sido enviados por el Inca, en esos casos lo que llevan es la Mascapaycha (el equivalente de una corona europea) o la ojota o chuspa del Inca. del Inca. Como vemos, cuando se trata de ir en nombre del Inca lo que se lleva son objetos que se asocian directamente a su persona, algo muy normal en un régimen despótico y altamente personalizado como el Tawantinsuyu.
Si las banderas, como las entendemos hoy o como se entendían en la Europa del Siglo XVI, hubieran sido conocidas en el Tawantinsuyu es raro que no se les hubiera dado importancia en esta crónica tan prolija en detalles como también en adaptaciones de elementos europeos a la realidad indígena. Es el caso de los escudos de armas, la heráldica era muy importante para los europeos en aquella época. Guamán Poma no fue ajeno a esto y decidió colocar o asignar escudos de armas no sólo al Imperio Inca (Ibíd.: 63, 65) sino a diversos capitanes de este (Ibíd.: 127, 128, 129 y 131). No es el caso con las banderas que, en muchos casos, eran los soportes donde estos escudos se colocaban.
Existen keros con representaciones de banderas, sin embargo, la gran mayoría de ellos son de origen virreinal y no presentamos aquí un análisis de estos que quedaría pendiente para una próxima oportunidad.
4. Otras crónicas
La única mención clara que existe es la del cronista Bernabé Cobo en su crónica Historia del Nuevo Mundo, publicada en 1609, casi ochenta años después de la destrucción del Tawantinsuyu. La citamos en toda su extensión:
“…el guión o estandarte real era una banderilla cuadrada y pequeña, de diez o doce palmos de ruedo, hecha de lienzo de algodón o de lana, iba puesta en el remate de una asta larga, tendida y tiesa, sin que ondease al aire, y en ella pintaba cada rey sus armas y divisas, porque cada uno las escogía diferentes, aunque las generales de los incas eran el arco celeste y dos culebras tendidas a lo largo paralelas con la borla que le servía de corona, a las cuales solía añadir por divisa y blasón cada rey las que le parecía, como un león, un águila y otras figuras. Tenia por borla el dicho estandarte ciertas plumas coloradas y largas puestas de a trechos…”
Como bien señala el cronista se trata de un estandarte, pues es cuadrado, cuelga de un asta, no ondea al viento y está tieso. Lo más interesante es respecto a su contenido, pues es claro que cada Inca colocaba en él sus propias armas y divisas. Las generales, mientras que las comunes eran los colores del arco iris, dos serpientes horizontales y la mascapaycha. Pero, nótese que no se menciona que los colores del arco iris sean el fondo ni hayan llenado todo el espacio del cuadro. Esto es algo que ha ocasionado mucha confusión. Lo que describe Cobo debió ser algo muy parecido a lo que se aprecia en el Colegio de Caciques del Cuzco, donde observamos dos seres zoomorfos (¿pumas?) de cuyas bocas sale el arco iris y al centro aparece la Mascapaycha. En todo caso Cobo no menciona el color de fondo de este estandarte que, muy probablemente, haya variado de acuerdo al capricho de cada Inca.
Entre las figuras que se podían añadir se hallaban animales salvajes como pumas (“leones”) y águilas. Cada cierto trecho había plumas rojas rodeándolo que completaban el gusto indígena de aquellos tiempos.
Lo cierto es que no hay más menciones de este emblema, no hay mayores representaciones gráficas, no hay menciones que haya sido usado a la manera de una bandera nacional con fines patrióticos, se trata de un estandarte del Inca reinante que, al parecer tuvo un uso muy restringido.
En diversas crónicas referidas al asedio a Lima por parte de los guerreros de Manco Inca (Vega 1964), durante la gran rebelión, se menciona el uso de banderas; sin embargo se debe tener cuidado pues esta palabra se usa también para referirse a un grupo de gente en acciones de armas y no necesariamente a telas que simbolicen a una nación.
Figura 7. Detalle del Colegio de Caciques del Cuzco, lo más cercano a la descripción queda el cronista Cobo respecto del estandarte Inca.
5. La bandera del Cuzco
Mucha de la confusión respecto de la existencia de una bandera del Tawantinsuyu se da por la existencia de una bandera de la ciudad del Cuzco que ostenta los colores del arco iris. No hay mucho que decir a este respecto. La ciudad imperial decidió adoptar una bandera y un escudo en un intento de recuperar su identidad que, consideraban no se hallaba representada en el escudo que la corona española dio a la ciudad tras la destrucción del Tawantinsuyu. La actual bandera del Cuzco fue adoptada oficialmente en 1978 y cinco años antes Radio Tawantinsuyo la propuso como bandera de los incas, aparentemente inspirándose en las banderas cooperativistas adoptadas en la primera mitad del siglo XIX. Es clara la confusión respecto de la bandera de una radio llamada Tawantinsuyo, la ciudad del Cuzco que fue la capital de dicho imperio y la idea que el Imperio de los Incas tuvo una bandera. A esto hay que añadir mayor confusión aún con la creación en paralelo de la bandera del movimiento LGBT… tema en el cual no entraremos por escapar a los propósitos de esta nota. Sin embargo, vale la pena anotar algo respecto de la bandera del Cuzco y es que el escudo, que muchos asumen como una representación del dios sol no es un ícono que siquiera pertenezca a la cultura inca. Es de tiempos muy anteriores, es de la cultura Pucará del periodo Formativo (Contemporáneo a Chavín) unos dos mil años antes que surja el Tawantinsuyu y además, no representa al sol, es el rostro de un felino rodeado de diversos signos cuyo significado podría ser calendárico.
Otra bandera asociada a lo indígena es la llamada Wífala, curiosamente su orígen es el deseo de un Congreso Indigenista en Bolivia de adoptar una bandera, cosa que hicieron al imitar la decoración de una botella de gaseosa. Lo cierto es que emblemas formados por cuadritos de colores pueden ser algo muy común; sobre todo en pueblos con una fuerte tradición textil como el andino. Pero, de allí a hablar de banderas con representación de pueblos hay mucha distancia.
Más allá del detalle anacrónico del escudo del Cuzco, una ciudad actual tiene derecho a crear los símbolos que desee con las bases y sustentos que crea conveniente. Lo que no es adecuado es plantear, asumir, o creer que esa bandera de la ciudad actual del Cuzco, fue la de un imperio indígena destruido hace casi cinco siglos.
Para terminar respecto a la exposición de información citamos esta aseveración de la Academia Nacional de Historia:
“El uso oficial de la mal llamada bandera del Tahuantinsuyo es indebido y equívoco. En el mundo Pre – hispánico andino no se vivió el concepto de bandera, que no corresponde a su contexto histórico.”
(Declaración de la Academia de la Historia del 4 de mayo del 2003, citado en Participación Ciudadana, Boletin del Congreso de la República N° 59)
Figura 8. Bandera del Cuzco.
6. Comentarios a manera de conclusiones
Existen diversos elementos de la cultura occidental que sirven para representar naciones, ciudades, diversos colectivos humanos ligados a aspectos militares y religiosos. Estos, no fueron conocidos en el Perú prehispánico, se tuvo otras maneras de simbolizar, por ejemplo, un imperio; como hemos podido ver, la centralización del poder en una persona era tal que no había mejor manera para un emisario estatal de comprobar esto que portando una prenda del soberano. Sin embargo, vemos un limitado uso de banderas en los dibujos de Guaman Poma, pero no se trata de emblemas a la manera occidental, y carecemos de mayores detalles respecto de ellos.
Existió un estandarte real (“Unancha”) cuyo uso fue muy limitado y estaba más ligado a representar, no a la élite gobernante, sino al Inca en el poder, prueba de ello es que sus colores y figuras las cambiaba cada inca a su libre elección. Este estandarte se hallaba ornado con plumas de colores y los únicos elementos que no variaban de él eran dos serpientes, el arco iris y una mascapaycha. Nunca se menciona que los siete colores del arco iris hayan sido los colores de fondo del estandarte. Las figuras que en él se hallaban debieron semejar más a lo que se aprecia en la fachada del Colegio de Caciques del Cuzco.
Diversas banderas contemporáneas como la del Cuzco, LGBT y Wifalas indígenas hacen uso de los siete colores del arco iris ocasionando mayor confusión sobre un tema que se haya zanjado. Si bien existieron banderas y estandartes en el mundo prehispánio su uso no fue como el actual, ni simbolizaron nunca la unidad de un estado o siquiera la de una casa o linaje real.
El Tawantinsuyu no tuvo una bandera, todo el imperio se centraba en la figura del Inca, él o sus accesorios fuera de uso eran usados como símbolos. El “imperio” era el Inca, cuando este cae, todo se derrumba.
Departamento de Estudios en Arqueología e Historia -DEAH
Pedro Vargas Nalvarte, Jefe de Departamento, Licenciado en Arqueología por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y Magister en Lingüística por la misma casa de estudios, investigador del Laboratorio de Paleontología de Vertebrados del Museo de Historia Natural UNMSM y de la Asociación Peruana de Arte Rupestre.
Referencias
Congreso de la República
2004 Participación Ciudadana, Boletín del Congreso de la República del 23 de unio del 2004, Lima.
Guaman Poma de Ayala, Felipe
1993 Nueva Corónica y Buen Gobierno Tomo I Edición y Prólogo de Franklin Pease. Fondo de Cultura Económica 1993, Lima.
Vega, Juan José
1964 Manco Inca el Gran Rebelde. Populibros, Lima.
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