Entrevista del profesor Alexandr Dugin ofrecida a CGTN, traducida al Español.
Creo que antes que nada, la Organización para la Cooperación de Shanghai debería ser un contrapeso, un contrapeso continental respecto de las talasocracias o poderes marítimos.
Debe representar el arquetipo de un modelo multipolar para el mundo. La diferencia entre nosotros y ellos, entre Oriente y Occidente, entre el orden mundial euroasiático y el orden mundial occidental.
Puesto que ellos, Occidente, insisten en su hegemonía de dominación unilateral y en ello, de su sistema de valores: el individualismo, el capitalismo y la democracia liberal o lo que ellos entienden por democracia.
He hablado con Francis Fukuyama sobre lo que la democracia significa actualmente para nosotros y para los chinos. Yo asumo que la democracia es la regla de la mayoría. Sin embargo, para el Occidente contemporáneo significa el poder y la regla de las minorías dirigidas contra la mayoría, puesto que el poder de la mayoría puede convertirse en totalitarismo. Esa es una comprensión completamente diferente de lo que es la democracia.
Es por estas razones que insisten en su comprensión de lo que es humano; lo que son los derechos humanos; lo que es el liberalismo; lo que es el hombre; lo que es la sociedad normativa y el sistema político.
Y en la Organización para la Corporación de Shanghai, China podría elegir su propio sistema político o sistema económico o cultural, religioso o secular.
Rusia puede elegir otro tipo de sistema, Pakistán de la misma manera, India igual, y así sucesivamente.
Y nadie debería preguntar qué es normativo, qué es universal.
Cada civilización, cada gran cultura tiene su propia comprensión de lo que es universal y pueden competir pacíficamente.
Y todos deberían definir sus identidades en el contexto histórico natural, pero también promoverlas de manera pacífica en el exterior.
Debe ser un diálogo libre sin ninguna dominación normativa, sin imposición. Porque Occidente es agresivo. Son intolerantes en la promoción de la tolerancia y son totalitarios en su promoción del anti-totalitarismo. Entonces se volvieron opuestos al valor que pretenden defender.
Por lo que llamo a este contexto mencionado, el tercer totalitarismo.
Y creo que la Organización para la Corporación de Shanghai debería ser un obstáculo y una alternativa a este sistema totalitario para defender la tolerancia real y orgánica, la serenidad real, la libertad, la justicia y la igualdad.
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